Si los hombres entendieran que también tienen a Venus, todo sería más fácil. Las cartas natales nos permiten ver que todos somos diferentes, pero iguales: todos tenemos los planetas distribuidos de diferentes maneras, pero todos tenemos los mismos, en el mismo dibujo zodiacal. La energía femenina que nos imprime el planeta Venus es, por lo tanto, inevitable, y cualquier acción destinada a suprimir o limitar esa energía resulta en una violencia casi suicida, en tanto va en contra de una parte esencial de nuestro ser. Venus es el planeta de la femineidad, de la armonía, de la belleza, del amor, y se va a manifestar en nosotros de diferentes maneras, según el signo en el que se encuentre. Unos son más "tradicionalmente femeninos", mientras que otros tienen características menos ortodoxas, pero todos conforman un espectro fascinante de posibilidades. En el capítulo dedicado a Marte vimos como ese planeta utiliza la acción directa para ir a buscar lo que queremos. En Venus, e...